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lunes, 11 de noviembre de 2013

NUNCA SE CIERRAN EN CASA LAS PUERTAS



Para vivir, si lo deseas ven, ven a mi casa
antes de que me tiente la sombra del egoísmo
o la suciedad borre la vereda de las baldosas
o algo de un dos mil trece enamorado
me incapacite y no sepa quien eres.

Me acabo de dar cuenta de todo lo que nunca
podrá ser compartido: los hechos de los hijos
descendientes de los abuelos recolectores,
recuerdos y recuerdos que, sin lugar a dudas,
se nos vendrán de golpe encima.

Polvo y más polvo. Y polvo de albañiles en la reforma de cualquier cabeza. Electricidad y fontanería, alicatados de cocina y baño, pintura en las paredes y tarima en los suelos. Vamos, algo sencillo, similar al sombrero de Ascot. Polvo mucho después de que nos descubriese la luna sus metáforas. Esas, esas, las que nos cuentan todo aquello que nunca fuimos.

Sal en la estación de los amaneceres blancos.
en Núñez de Balboa, en las fotografías
turbulentas del hombre y sus recuerdos,
en la excusa de las casualidades dormidas.
Sal, sal de apostolado y guitarra
al invierno de las aceras.

Ignora si está mi luz
de vacaciones,
si estoy o no jugueteando
con tu brisa de alcoba,
con la espuma de la marea
encendida o apagada.

Cruza la calle y toca:
húmedo enero, húmeda luna
que nos descubre humildes
creando ilusiones,
con ese corazón creyente
de las niñas creciendo,
toca que te abro.

La infancia es una mariposa, hoy posándose allí, en aquel mirador al que nuestras pupilas ya no alcanzan.

Podría preparar si vienes,
un sándwich de tortilla con chorizo
y de paso pedir
una cita muy rápida
con cualquier oftalmólogo.
Mi cuerpo aunque no lo parezca
pesa setenta y cinco kilos
y mido, uno sesenta.

martes, 5 de noviembre de 2013

ESTOS SON MIS DERECHOS



Después de matar a los hombres
y aceptar la idea de no envejecer juntos:
animal, vegetal o piedra,
dejaré en sus conciencias
mi máscara y mi voz, las muchas tonterías
de los diseñadores griegos,
los ritmos de la sangre milenaria,
la ingenua perversión,
de las cosas que nunca se detienen.

He oído que se consumen alimentos
otra vez a la luz de las fogatas,
que al identificarnos con nuestros apellidos,
desapareció la antigua violencia,
que hoy como clase teórica
se imparte en los museos
cual, es la mejor forma de vivir.

Mañana es mi cumpleaños.
Exactamente ciento cinco
rincones por barrer del siguiente episodio

Las curvaturas de mis ojos
son un lugar bonito para, mientras me afeito,
poner alguna tienda, algún negocio
de compraventa de comestibles y preguntas.

Como crítica o elogio de mi modus vivendis
debería volver a la casa del cura,
gallego en sus orígenes, cubano de adopción
a escuchar estos poemas de varios universos,
en Madrid hacia el dos mil trece,
dónde puedo llorar y envolver cada lágrima,
mientras caen, gota a gota,
acaso de manera intempestiva,
aquellas inquietudes
que tan exactamente se describen,
en los papeles de arroz del colegio,
en las escenas de los teatros chinos
empapados de luna, en las comisarías.

Os pienso apuntalar con gominolas.

viernes, 25 de octubre de 2013

MANO, MANO CREATIVA



Parece como que durmieses
con la solapa del asombro rota,
al lado mismo de un, te acuerdas,
de un, quizás, o un, tal vez destartalado,
en los contornos que insinúa el viento,
en ese instante en el que supe
que nunca fuiste mía,
en los aleros de una torre
desde la que se burla Dios de mí.

Sí, sí, parece como que murieses
para no tener que pintar de mi alma
su asesina existencia.

jueves, 26 de septiembre de 2013

ADIÓS NIÑOS Y NIÑAS. HASTA PRONTO



Maripolius. técnica mista sobre tabla.


Alguien de la tercera, ceremoniosamente a los postres lo había comentado.
Saciada la sed de los besos, tu mundo se hizo rápidamente, rápidamente trozos.

Recibí la noticia mientras viajaba por última vez en las manos de Dios conjugando los miedos, desde Roma a Santiago entre Jerusalén y la Almudena.

Por un instante doy la vuelta al crepúsculo de algo imaginable, a la niebla de los recuerdos con su locura, al despiste de los veinte años que es cuando se envían, las primeras y las últimas rosas azules del invernadero.

No sé si ya lo sabes, pero todo lo antiguo, induce al llanto, a tomar sopa con el menú de la merienda, a esperar de pie en los pasillos hasta que vengan a llevarnos.

Seguro que a ti, ya no te importa casi nada, ni el egoísmo, ni la Ausencia, ni este dolor que a mí me mata, y que nunca antes fue llorado. Me quedé solo, criminal demasiado viejo para seguir con mi adicción al juego de parchís y la petanca. Sin poder saber cuál es el aroma que tendría mi cuerpo tendido para explorar hoy desde la cuna a la juventud mis disparates, o el deseo perenne de las nubes de azúcar, detalle tras detalle del alba sin tus días.

Sí, alguien de la tercera me recordó a los postres estos ochenta y cinco sueños con ganas de ti, de tus nuevas conquistas en ese territorio del que no ha vuelto nadie.

viernes, 20 de septiembre de 2013

MI VECINO ME TIENE LOCO



Mi vecino imperfecto, tiene extraños poderes con rasgos del Gran Mestre sedentario, y la capacidad de ofrecer sin temor destinos, totalmente abiertos, igual que mi camisa alrededor de tus aullidos, a lo infinito de las cosas, a la cintura fiel e inextinguible de la cerveza, al cortejo sedoso de un cuerpo de gimnasio con golpes orientales.

Mi vecino me tiene loco. Podría realizar si me lo pide, cualquier trabajo, esculpir a los perros, uñas de porcelana, saltar, lo mismo que sus amos, en el jardín trasero, solo me tiene que poner a prueba.

Pocos, muy pocos capitanes con nombre pueden ocultar su aventura, los vientos de su historia, su íntima y personal faceta perfeccionista, la innovadora forma de besarse los pies; la nuestra aún no ha empezado.

Mi vecino me oferta un tarro rebosante de quizás, o de tal vez, y de golpe, dos sirenas y un, todo es posible, sin espacios a los que acudir a meter el mismo dedo que metemos en el ojo de quién nos ama.

Después de los diluvios quedan por vaciar de enigmas los trasteros, en contra de la química de todos los instantes, esa inquietud que vienen y apenas si nos roza, de poesía que confirme la entrega.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

VLADIMIR NABOKO



Para entenderte:
me faltan las razones
que estudien como sea
tantos motivos, tantos
como sin duda tengo
a la vista de ti.

Nos separan las horas y los objetos,
de la imaginación y la distancia
que representa el llanto,
el triunfo del incendio de tu piel y mi piel,
cuarenta noches sin dormir,
tu brillante y mi opaca manera de ver,
los bordes rotos del invierno.

Sí, es cierto que compensas,
lo que te falta por vivir
con lo que yo he vivido,
que borras las arrugas de mi asombro
con los colores fuertes de tu ropa interior

Hoy vuelvo a los orígenes
para llevarte a la cama o a la luna
donde la timidez que anula el intelecto
no me deja pensar.

Sí, a veces yo también voy hasta la noche,
hasta esa esquina que ocupa toda tu inmensidad,
al aroma de algunos despropósitos,
de pie, de pie y sin vergüenza,
hasta la infancia de tus labios
ángeles que me salvan.

Exactamente voy
con esa brisa que esculpe tus senos
y llora solo a un sol de cortes necesarios
sobre los muslos, si sobre esos muslos
que se dejan tocar igual que concubinas
con la misma obsesión,
que dicen escaparon,
las bilis negras de la apatía y la tristeza,
tú, nieta de la crítica social,
social y cotidiana.
Ya, si tú lo deseas puedes llamarme abuelo

Me duele tanto, tanto, tanto aquí,
cerca de todos estos oasis mesopotámicos,
que pienso no ver tu aleteo,
los dormidos detalles del rostro que palpita,
a Venus cuando se transforma en monte
y nos da sombra .

martes, 27 de agosto de 2013

INNOVACIONES DEL ENGAÑO a los días perdidos II




Seas quien seas, seas bienvenid@, tú, disidente que estás leyendo mis discordias, refugiado que puedes tocar en los sueños mis posesiones, cabalistas capaz de concluir y acallar sin esfuerzo esas voces distantes de mi resaca desnudándose hasta el olvido. Tú emigrante, emigrante de este siglo

Huye luz de aquí,
del espejo y las cosas
ante las cuales no se ven ni se hablan
con la misma fluidez que manifiestan
las lunas de los pueblos,
otros idiomas,
esos que a impuestos nos inclinan.

Que sea o no verdad,
que esté a derechas o al revés,
directamente enlazan
con los efectos raros
que producen después del armisticio,
todas las sinrazones,
con esos descontentos generales
que muestran las personas
cuando se las aprieta tanto antes de saltar.

De sobra sabes, que solo hay una cama de noventa en mis contradicciones y pruebas contundentes de su infidelidad.

De cualquier forma, a mí me basta
esa mano que se lleva a la boca
para exigir silencio clandestino.

Sí, es bueno que no todos se corten al decir las cosas ocultas siempre en la letra pequeña. De tú a tú, ante las circunstancias que nos unen, pienso que deberíamos amarnos muchas más veces, mucho más.