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domingo, 23 de abril de 2017

III PARA DAR OTRA VUELTA POR EL VERSO




Sé que el poema ha de estar creado por una naturaleza sensorial donde a través de los signos lingüísticos y los silencios, sea capaz de reinventar este mundo y hacer que nazca a nuestro alrededor, otro impregnado con la misma seriedad que proporciona el gamberrismo. Pero también sé que, para ello tendrían que apartarse los parásitos apoltronados en la comodidad creada por el entorno de sus viejas ideas, las mismas que inoculan con su aire ponzoñoso, su veneno y mala leche a los posibles alevines seguidores. Sí, acaso ahora todo ello esté colgado en el armario de las viejas modas, con el amanecer o las piedras que rompieron los cristales del conocimiento, pero seguro que mañana, se lo ha de dar, como al colchón, la vuelta.

¿Quién no sabe, que toda palabra para completar su significado requiere alejarse de la realidad a la que se refiere? Lo que quizás no sepan es que, para volver a reactivarla, se precisa de la genialidad y el esfuerzo de un trabajador poeta, ya que por sí sola; al carecer de sentimientos, (que como ya en otras ocasiones habíamos hablado, son sin duda la base de todas las palabras poéticas), no es capaz, ni por asomo, de volver a iluminarse e iluminarnos. Y sí, es verdad, que no todos pueden ver ese instante, esa palabra, de la que hablo, ni pueden sentir su cosquilleo abriéndose al mundo debajo de la calva de esa instancia que alberga la conciencia, pero si pudiesen tener la fortuna de que les rozase o pasase por delante de los ojos en alguna ocasión, luego, como aquellos pocos que lo consiguieron, harían lo imposible por volverla a encontrar; otra y otra y tantas otras veces como les fuese posible. La palabra poética, conecta y desconecta los contenidos del pabellón de las respiraciones, dispone de otro modo la colonización de las cosas.


“Todo verdadero poeta es un hereje”
M. de Unamuno

martes, 18 de abril de 2017

IV PARA DAR OTRA VUELTA POR EL VERSO



¿Quién no sabe que toda palabra para completar su significado, requiere alejarse de la realidad a la que se refiere? Lo que quizás no sepan todos es que, para volver a reactivarla, se precisa de la genialidad y el esfuerzo de un trabajador poeta, ya que por sí sola, al carecer de sentimientos: (que como ya en otras ocasiones habíamos hablado, son, sin duda, un rescoldo insalvable por la brutalidad o la caricia de todos los destinos), no, por si sola no es capaz, ni por asomo, de volver a iluminarse e iluminarnos. Y sí, es verdad, que no todos pueden ver ese instante, esa palabra, de la que hablo, ni pueden sentir su cosquilleo abriéndose al mundo debajo, muy por debajo de la calva de esa instancia que alberga la conciencia tan vacía, en tantos y tantos, que si pudiesen tener la fortuna de ser rozados por ella o de sentirla pasar por delante de los ojos en alguna ocasión, luego, como aquellos pocos que lo consiguieron, harían lo imposible por volverla a encontrar y revivir; otra y otra y tantas otras veces como les fuese posible.
Y es que, para que vamos a negarlo, la palabra poética conecta y desconecta los contenidos del pabellón competitivo de las respiraciones, dispone de otro modo la colonización de las cosas, sensibiliza los labios a la hora de decir y de mamar.

“Todo verdadero poeta es un hereje”
M. de Unamuno

domingo, 16 de abril de 2017

ÚLTIMA PROFESIÓN DE RIESGO






Hay denuncias en las comisarías
por todo lo que escribo:
blanca, blanca, epidermis negra,
caricatura y cosa acartonada.

Ser poeta es profesión de riesgo,
- siempre lo he dicho -
igual que pinta sombras,
o abre pasos con alas de sombrero,
lo mismo que astronauta
o comercial de briznas
de hierba de los prados
clandestinos de la imaginación.

Amante, anciana, niña:
todas protagonistas como
en Pálpitos del tren que no vuelve
la noche que describe
por wasap las tormentas.

Insisto en que ser poeta
consiste en estrellarse contra el mundo
con la excitación de las divinidades,
en despertar de golpe entre los balanceos
de las faldas que abrasan mis disculpas
y después de ordenar tu piso
pasear al perro y a los niños y al gato.

Está claro que ser poeta tiene mucho que ver
con inventar de nuevo el día,
con esa vestimenta
de la calle otra vez de moda,
con esa luz que sale junto a todos mis miedos,
con volar la ternura rota del calcetín,
con esas zapatillas de distinto formato.

Sí, hay mazmorra que sin duda se hicieron
con terrones de azúcar,
para poder el verso escapar fácil, fácil.

jueves, 13 de abril de 2017

Contraportada



De UN CUÁNTICO ALETEO EN LA BOCA se dice en "Notas de Media noche" que vino a ser la continuación der un romántico surrealismo. Ese reloj del mundo que nunca se detiene

lunes, 10 de abril de 2017

I PARA DAR OTRA VUELTA POR EL VERSO




Con la misma premura que tienen los malversadores de instantes y seres inquietos que somos, muchas veces acurrucadas lagartijas de vacaciones al sol de nuestras incontinencias, parece que cada vez nos introducimos más en la ignorancia del sentimiento de las mareas de la humanidad, la que cuentan, siempre fue buscando la base de la palabra poética, sobre todo en esos ojos, que con tonos infinitos, tienen unos puntos de resonancias paralelas y de infartos por dónde sin duda se reavivan los distintos anhelos.
UN CUÁNTICO ALETEO EN LA BOCA viene a ser otra mirada, otra mirada de múltiples colores entre los negros y los blancos de muchísimas paredes.

sábado, 8 de abril de 2017

PARA DAR OTRA VUELTA POR EL VERSO



Para dar otra vuelta a ese desnudo mundo que se nos muestra imposible entre la contaminación de las ciudades y los hombres, con los pecados mortales que representan los versos bajo las carpas de los domingos, tendríamos que subirnos a esa poesía irreverente que no almuerza con ningún catedrático, tendríamos que subirnos a esa línea seis del metro, en la que, por su trazado circular, comienzan y terminan los gritos de todas las metáforas que rompen como Apollinaire los silencios. Sí, señores sí, UN CUÁNTICO ALETEO EN LA BOCA es ese mundo poético del que les hablo.