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lunes, 1 de enero de 2024

NUNCA BROMEO

 



NUNCA BROMEO
                  
                     Y es un lujo morir habiendo prescindido del desayuno
                                                                                              ELENA MEDEL

Nunca bromeo ni olvido. Escúchame.
Las cosas importantes, nunca pasan,
van y vienen igual que profecías
del corazón a la cabeza.
Dios, cuantas dudas has puesto en mis manos.
 
Muéstrame el horizonte de la cuna distante,
la inocencia sagrada de tu aliento.
Pareces infinito y frío, memoria de la luna
y los hijos que no quise tener.
¿De qué sirve empaparse de lágrimas o estrellas
cuando el sol que no se olvida borra su rastro?
 
En el ordenador por si cambias de idea,
sin hacer ruido, te dejo escritas
las turbulencias que traen
los asientos traseros
de un automóvil,
o la habitación de un hostal,
o el verde pobre de los parques.