Vistas de página en total
martes, 30 de septiembre de 2014
EL GRITO EN EL COSTADO
Hasta que mi cabeza no vuelva a estar en sus sitio, y eso por lo que parece irá para largo, he de comunicar que no os regalo más versos, (después de ocho años he llegado a la conclusión de que todo lo que se regala no se aprecia) por lo que, si me queréis seguir leyendo, que particularmente, claro está, me importa un huevo con patatas y cebolla, tendréis que buscaros otra forma de hacerlo. Bien en las bibliotecas, bien comprando mis libros, bien ignorandome como hasta ahora habéis hecho. A mí entender, no se han alcanzado los objetivos fijados.
LA LETRA PEQUEÑA DE UN SEGUNDO FELIZ
Este fue mi letargo.
Y la letra pequeña de un segundo feliz,
un viento de inquietudes superables
por la espina dorsal
Porque al nombrarte fue festivo,
para salir del bosque
existe siempre la tristeza
y en la cola de las panaderías,
indicaciones al tuntún del tronco
donde no queda más que un porvenir,
muy semejante a los fríos del norte
de algo que tuesta la corteza
de todo lo que me impresiona:
los grafitis de un cuerpo fluorescente,
y esos caminos blancos de algunas emociones,
en la doblez de las sabanas,
del trigo al sol de los misterio
que guardo en mis alforjas.
Ofrezco lo que tiene verdadera importancia:
el equilibrio de las calles en las enciclopedias
donde se buscan, la isla o el mapa del segundo feliz.
miércoles, 3 de septiembre de 2014
MAXIMIANADA 57
Suscribirse a:
Entradas (Atom)