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jueves, 10 de octubre de 2019
miércoles, 17 de julio de 2019
LV; LVI. Polifemo y Galetea
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LV
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LV
En tablas
dividida, rica nave
besó la
playa miserablemente,
de cuantas vomitó, riquezas, grave, 435
por las
bocas del Nilo el Orïente.
Yugo(49) aquel día, y yugo bien süave,
del fiero
mar a la sañuda(50) frente
imponiéndole
estaba, si no al viento,
dulcísimas coyundas(51) mi instrumento. 440
(49) Yugo. El instrumento de madera con que
se uncen los animales para el trabajo
(50) Sañuda. (Persona) Que actúa con saña o
que es muy propenso a ella
(51) Coyundas 1. f. Correa fuerte y ancha ,
o soga de cáñamo , con que se uncen los bueyes .
La diéresis ¨ se coloca en poesía sobre la primera vocal del diptongo para
indicar que las vocales que lo componen deben pronunciarse en sílabas distintas;
así, la palabra a la que afecta y, en consecuencia, el verso en que aparece cuentan
con una silaba más a efectos métricos
LVI
Cuando,
entre globos de agua, entregar veo
a las arenas
ligurina(52) haya,
en cajas los
aromas del Sabeo,(53)
en cofres
las riquezas de Cambaya: (54)
delicias de aquel mundo, ya trofeo 445
de Escila,(55) que, ostentado en nuestra playa,
lastimoso
despojo fue dos días
a las que
esta montaña engendra arpías.(56)
(52) Lingurina. Región de Italia
donde está Génova
(53) Saba era una región de Arabia. El árbol sabeo es la mirra.
(54) Cambaya era una ciudad de la
India famosa por sus artesanos que trabajaban piedras preciosas.
(55) Escila era un escollo del golfo de Mesina, en Sicilia, famoso en la antigüedad por provocar naufragios. Toma su nombre de una ninfa marina a la que Circe transformó en un monstruo. Horrorizada de ella misma, se tiró al mar junto a la citada roca.
(56) Las arpías eran unas aves con cara de mujer, con fama de codiciosas.
(53) Saba era una región de Arabia. El árbol sabeo es la mirra.
(55) Escila era un escollo del golfo de Mesina, en Sicilia, famoso en la antigüedad por provocar naufragios. Toma su nombre de una ninfa marina a la que Circe transformó en un monstruo. Horrorizada de ella misma, se tiró al mar junto a la citada roca.
(56) Las arpías eran unas aves con cara de mujer, con fama de codiciosas.
martes, 4 de diciembre de 2018
A LA UNA Y CUATRO de (Un cuántico aleteo en la boca)
A LA UNA Y CUATRO
Sobre
los pechos de la bailarina,
los
lenguajes de mí universo:
genuflexiones
de mangas borrachos.
Calculad
el castigo arañando su vientre.
Calculad
los milagros, con todos sus designios,
hasta
conseguir que coincidan dos corazones.
Respetables
lectores:
solicito
volver al nacimiento.
Solicito
esperar hasta que vuelvas
de
ese comodín que aún en mí late.
A
LA UNA Y CINCO
Así
mueren los átomos,
convirtiéndose
en mundos
en
el instante donde, nuevamente,
alzan
la voz y nos sorprenden,
sin
ansiedad, durmientes,
por
aproximación e indiferencia.
De: Un cuántico aleteo en la boca
EN EL TIEMPO SIN TIEMPO "Pálpitos del tren que no vuelve"
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De: Pálpitos del tren que no vuelve
“Que ayude la experiencia de los años
para tocar el alma”
Francisco Brines
“Vivir ya es algo”
Jorge Guillen
Aún
sigo aquí. Simiente que claudica,
rastro
apenas visible de la infancia,
futura
inmensidad de polvo.
Sigo dulce y teológico, animal indigesto
en la memoria de los hombres todos los días.
Sigo
a la sangre en su parte de color marfil.
Sigo
desnudo y de ceniza, bárbaro y urgente,
despeinado
en la voz mientras me descompongo.
Sigo
aullido y silencio en el mismo recorrido.
Otra
vez en el mismo recorrido.
Deprisa,
vivo casi de milagro. Deprisa,
si
borro el casi, ya no vivo.
Me
condeno. Condeno y me condeno
en
las dudas del ángel empapado de gozos.
En
la edad donde ya casi nada hierve,
deseo
sentir como vuelve a caer tu falda
ante
el filo de mis párpados perecederos:
igual
que una embestida juvenil
o
el resplandor de sus rituales
Mi
lengua necesita viajar desde el asombro
jadeante
y perfumado de tu piel
hasta
el mundo incorpóreo de tu lengua.
Hoy
ya, no me sostengo.
Sé
que no me sostengo.
Ni
aquí, ni allí, ni nunca.
Me
caigo y me levanto
y
vuelvo a caminar
humanísima
sombra
por
las aceras.
Ahora
que el cuerpo ha sido derrotado
y
todo se reduce a pensar y elegir bien
los
efectos de alguna fantasía:
elijo
la monótona discordia
augural
de la noche, sus recuerdos,
el
tropiezo del mundo femenino:
sus
rojos aprendices del miedo en la inocencia.
Elijo, sobre todo
el
instante informal
en
que se apaga el cirio y la sorpresa:
ese
en el que se rompe el himen
sobre
un confuso círculo desnudo de voces.
Elijo
de los dedos,
su
inasible luminiscencia:
la
que se posa incendio en el escote,
de
otra y otra realidad
Mientras
invento
el
sumiso diluvio de los ojos
acampo
en tu regazo,
casi
desvanecido, me muevo en el umbral
que
se aleja del medio día,
en
el último pálpito de luz,
justo
en el centro del sueño y los deseos.
En
lo imposible de las cosas:
hay
un latir ocre, una voz y un fuego
casi,
casi extinguidos.
Hay
también hipotecas
que
lo complican todo.
Hay
lazos y costumbres
que
se transgreden y se distorsionan
como
un absurdo que suena a destiempo.
Hay
ocasos inflexibles y volteos de angustia
al
acecho de una oportunidad ebria y añil,
como
si se agotasen de tanto utilizarlas.
Hay
distancias que se pueden salvar con la voz.
En
el tiempo sin tiempo
todo
consiste en ver
y
eternizar un soplo,
en
seguir hasta que se agoten
los pasos verticales,
de
la rutina,
en
saber elegir
el
acorde adecuado
al
envoltorio.
En
trabajar y pagar
y
sacar adelante a los hijos.
a
la familia, al perro y al gato.
Desconozco
el afán del hombre por la materia.
Desconozco
las palabras exactas
del
pacto que firmaron las heridas
con
la luz de la tarde y su extensión.
Desconozco los gestos apropiados
que he de utilizar para ensanchar los corazones.
Solo
sé, que es el aire y su misterio
quién
los acerca cada día, originalmente
desposeídos
de toda personalidad.
Sigo
vacío y sin consuelo,
como
esos ojos que se lanzan
desde
las nubes cuando
algo
dentro se quiebra.
Sigo
sin alma, sigo sin ti, sigo el misterio
de
estos pies que me llevan.
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De: Pálpitos del tren que no vuelve
miércoles, 21 de noviembre de 2018
La calle es como el verso impredecible "Consonancias de la voz"
LA
IMPRESIÓN DE MI SOMBRA
Una muñeca imposible
aprisiona en su pulso
al reloj digital y lo
zarandea
antes de denunciar su
acoso.
Un ombligo de moda, guiña
su desnudez
provocando obscenidades a
medio mundo.
Al otro medio,
entredormido,
acaso algún lamento,
o alguna que otra
envidia.
Una mirada refulgente
exhibe,
como réplica o
precipitación al deseo
en las pinceladas del
gozo,
su castidad huidiza,
su transición de la luz
hasta
el dolor de la sombra.
La calle es otro mundo en
la ventana.
En las cosas es otra
resonancia.
Entre los hombres, otra
intimidad.
Todo un principio en otra
vuelta.
Esa impresión aromática
de una sombra,
una sombra que siempre,
siempre vuelve
después de amanecer
removiendo claridades
en los fondos inquietos del armario.
La calle es como el verso impredecible.
en los fondos inquietos del armario.
La calle es como el verso impredecible.
Verso del poema "La impresión de mi sombra" que podéis encontrar en el libro Consonancias de la voz
jueves, 8 de noviembre de 2018
A LA UNA Y UNO de "Un cuántico aleteo en la boca"
Novia del aire, del suspiro con representación, y cuerpo
de ese acontecimiento, de un pasado,
que vuelve, a punto de morir y abrir las puertas a la vida
y a la lluvia un paraguas para que se refugien
uno o dos pensamientos, aún, por purificar.
A la una y uno
Los miedos siempre son infantes
que vuelven otra vez cada mañana,
como las piedras y las heridas
y los cristales de los ojos
por los que apenas vemos.
De: Un cuántico aleteo en la boca
lunes, 15 de octubre de 2018
Todo un bosque en la alcoba "Consonancias de la voz"
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Todo un bosque en la alcoba
De: Consonancias de la voz
La
palabra abierta al azar
nace
sentencia cómplice del hombre,
se
expande aliento a la deriva
lejana
de la voz hasta que duele o calma.
Entre
palmadas de vértigo casi absoluto,
se
lanza semilla al aire y se planta.
Se
planta el fruto y nace
todo
un bosque en la alcoba.
La
palabra es siempre impredecible:
puente
desde el incendio hasta los labios,
doble
ofrenda del vino ante el espejo.
De: Consonancias de la voz
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