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martes, 7 de agosto de 2012
CATILINARIAS
No es extraño que me persigan.
Mis ojos lo ven todo con ese desencanto
que les viene mordido a las historias del ayer.
Mi dedo les señala, mi voz se lo recuerda.
Yo no soy nadie y soy todas las cosas:
un misterio que se columpia de este planeta,
un cuerpo que al quemarse contamina.
Transformado mi espíritu,
revoltoso e ignorante,
Carmen de lunes
me dispongo a saltar
con parapente desde las cornisas.
Sin aspavientos, sin esperar nada.
A buen seguro,
envuelto en mis andrajos
tendría que haber dicho
todo lo que yo sé
de esas ciudades que se inventan
viejas sentadas gotas
a las que nunca fui en low cost.
Sus monumentos piden la palabra
tal vez para exponer su historia,
hecha al gusto de los turistas
y ocultar así los huesos que hay
debajo de sus piedras:
volcanes inactivos,
los ojos y las manos de los hombres,
las huellas de las lumbres
que ayer nos calentaron.
Sus calles cuentan día y noche
los secretos, secretos de todos los vecinos,
esa sensación que va de su sombra al infinito
personaje mortal que hace de guía
A sus muros creciendo como yo me pensaba
les gusta sentir el sol de la tarde,
dando con fuerza en el costado
de las preocupaciones,
de ese albañil que juega una partida
con los nombres de los que ya se fueron.
No es extraño que nadie quiera resucitarme,
que me marginen, que me destruyan.
Represento ese pasado que se debe olvidar
jueves, 14 de junio de 2012
EL MUÑECO DE LOS SEMÁFOROS
Todos nuestros recuerdos del Caribe,
de cuatro a siete instantes bajo tierra,
de treinta pensamientos
que van sin decir nada a la hecatombe:
son difíciles de extirpar
como el blanco excesivo de mis venas.
Hoy que nos crucifican, en cada amanecer,
resulta interesante saber casi de todo:
de lanzar piedras a los amigos
y besos sobre los moratones
de los imperios y las ciudades,
del origen de nuestra conciencia,
de las constelaciones que vienen
llorosas a dormir en mi cama.
No, no me levantes la voz
para decirme que me quieres,
no seas como el mundo
que disimula con los gritos
sus equivocaciones
En este día a día
aunque nos ensuciemos,
no conviene olvidar,
la mecánica del automóvil,
del patinete con el que se deslizan
las mariposas por el corazón y las arrugas.
El movimiento cada vez más rápido
de los aviones que nos llevan.
Hoy, que por no saber, no sé, ni si amanece:
las distancias que no se dibujan con las manos,
ni se columpian de los mechones del planeta,
construyen puentes de harina de mijo,
abren la senda de regreso,
y de par en par las ventanas
con vistas a los cinco continentes,
mientras, esperan que cambie el color
del muñeco de los semáforos,
Hay recuerdos que se perdieron como tu falda:
paso a paso, distancia a distancia, calle a calle, dolor a dolor.
lunes, 21 de mayo de 2012
CITAS
En la imagen visionaria, para interpretar, no precisamos saber racionalmente, sino solo sentir. En ellas al poeta, no le interesa el parecido físico inmediatamente reconocible por la razón, lo que le interesa es la semejanza emocional. C. Bousoño
viernes, 4 de mayo de 2012
viernes, 27 de abril de 2012
MUJERES
Somos madres con hijos,
siempre rehenes
de algunas maldiciones,
esposas que cerramos
con éste último elogio
las puertas del ayer.
No, ya no somos más
una cinta que oculta el seno,
ni el refugio de los abrazos
que llegan antes o después del alba.
Somos el movimiento,
los latidos del día
y su respiración,
mujeres que proclaman desde aquí
su viajera existencia.
lunes, 23 de abril de 2012
TODA LA ETERNIDAD
Estás enferma,
respiras mal,
y en el hotel de los dolores
lleno de islas de lámparas del día
te desabrochas el sujetador.
Yo tuve que dormir en los pasillos
de tantos hospitales,
llevar urgencias en los dedos
y algunas depresiones en el alma
que recé ateo para que nadie lo viviese.
Sí, tú descansa
que para morir aún tenemos
toda la eternidad.
En la noche, los ojos mustios de la enfermera
que habla idiomas y se junta con gente importante,
que decidió ella sola soltarse los cabellos
dejando escapar un sabor triste
a culpas sonorísimas,
se cierra al dolor de los extraños.
Ya ves amor que no me aparto,
que estoy a tu lado y te sirvo la cena,
que no imagino mi final sin ti.
jueves, 19 de abril de 2012
AYER ME ALEGRÉ DE NO VERTE
Ayer me alegré de no verte
náufrago de los bares,
en cualquiera de las esquinas
de este u otro mundo,
bebido por saber mezclar
un bote de cerveza
con el cielo que pinta
de licores la aurora.
Ayer demolí los silencios,
de algunas reflexiones
su canción de marfil irreal,
la ceguera de mi delito,
los siempres y los nuncas,
brillantes y resecos que ocupan mi ser,
los muros de la casa y mis errores.
Bien a la luz, destruí la estantería
donde se ordenan todas las especias,
y el tiránico polvo de los días de asueto,
las pócimas de amor escritas en los libros
que nunca tuve la ocasión de ojear.
Corté las raíces de las buenas formas,
y crecí sólo, sólo y ensombrecido:
de cartón piedra, tan cansado
que ayer me alegré de no verte,
de no haber roto la esperanza
de su plural anclaje.
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