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miércoles, 28 de abril de 2021

MUSEO DEL PRADO de "RECETARIO DE LA LOCURA"

 https://www.amazon.es/dp/1794685413

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  MUSEO DEL PRADO

                       I
  
Hay cientos de secuencias fotográficas
sobre la superficie de tu semblante humano.
 
Mis calzoncillos
siguen en el alfeizar
de tu ventana.
 
                        II
 
Vamos a ver si te puedo besar
apasionadamente antes de Cristo,
cuando se calan todos los sombreros
después de los diluvios, al sur de la inocencia,
debajo del paraguas de las constelaciones,
ahora que nadie mira las figuras del lienzo.
 
                      III
  
Vamos a ver si te puedo besar
estos treinta minutos que dura el bocadillo:
la resaca del hombre hasta doler,
la inmensa superficie del enigma. 
 
                      IV
 
Hay demasiadas tardes
y brindis contra el mundo.
Y entre las unas y los otros,
pocas conversaciones,
tan pocas, que al cumplir los veinte,
suponiendo que vayan a llorar de alabastro,
mientras ondean sus cabellos,
ya se conocen todas. 
 
                      V
  
Dame por favor un momento,
un lugar sin colores blancos,
solamente un instante pensativo,
la receta que nos haga inmortales. 
 
                      VI 
 
Hay muchísimos párpados cerrados
para el olvido de las muchedumbres
y caderas perfectas con las formas de espuma
que tienen casi todos los finales.
Se podría decir que, uno, ya es telediario.
Ola llegando a la orilla.
 
                       VII
 
¿Para qué alumbrar la calle o los sueños?
¿Para qué descifrar su origen,
la manicura del otoño,
el tenue rastro de las pinceladas?
¿Cuáles son los efectos de tantos compromisos?
  
                        VIII
  
Vamos a ver si te puedo besar
sobre esta nieve de las cumbres viejas.
  
                         IX
  
Sospechosas, del todo sospechosas
oigamos las disculpas,
de ese miedo que exhibe en la azotea
más de dos mil años de continuidad,
el monólogo solo y roto
en la montaña dónde, por su inmenso destino,
siempre suenan las mismas tonterías,
el color evangélico de nuestros almohadones.
  
                           X
   
Hay, en esta exposición de nuestros desatinos,
los besos de los lienzos permanentes.


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