
Fotografía de Elena Álvarez de Castro
Regalo de la autora para este poema.
Si vieras cómo cae la tarde sobre mis ojos.
Aquí, que es donde el tiempo desflora sus dominios.
En esta travesía de lámparas perpetuas
al final de mi reino azul, Laureano.
Si vieras mi abandono, mi declive,
mi locura que no termina
de resucitar, nunca, nunca.
Ni de morir tampoco.
Si oyeras esta voz, este pálpito,
este flujo durmiente,
de cosa irrealizable.
Si vieras cómo se va la luz y llega al sueño,
un encaje de noches por la espalda
la suma fría de la evolución.
Azul Laureano, que bueno!!!
ResponderEliminargracias kowa
ResponderEliminarMe gustó el poema cuando me lo enseñáste, pero cada vez que lo leo, me gusta mucho más.
ResponderEliminarGracias Maxi!
Elen.
gracias a ti y espero la primera de muchas otras colaboraciones.
ResponderEliminarGracias por el poema y la foto, un regalo para los sentidos, un disfrute; seguid colaborando y compartiendolo.
ResponderEliminarGracias Pepa en nombre de los dos, es un placer tener lectores tan agradecidos.
ResponderEliminarOtra vez lo leo, y ya van... muchas!! precioso!!
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