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jueves, 21 de julio de 2011
POEMAS PARA CREAR ESCUELA IV Montserrat Doucet
En esta ocasión POEMAS PARA CREAR ESCUELA tiene dos propósitos engarzados entre sí como dos joyas que adornan dos universo. Uno es el de acercaros este magnífico poema nº 6 que podéis encontrar en el libro: “Grafiti” y el otro homenajear personalmente a su autora Montserrat Doucet, quien dice qué: "la poesía debe entrar por el oído y tocar el corazón". Y esto, sin duda, lo saben muy bien, todos aquellos que leyeron sus libros anteriores: “Paisaje hacia lo hondo” o “Culpable de milagros” o “El invierno de la rosa”
Exquisitamente sensible, Montserrat es el puente necesario entre el mundo y los lectores de poesía.
Hoy que se mueve el mundo, sobre todo, por esas delicadas hebras de acero del interés. ¿Qué argumentos nos propondrías para que este u otros mundos leyesen tu poema?
"A veces al concebir o al leer un poema, el tiempo se detiene y traspasamos la puerta. Al otro lado está todo lo que fuimos, la tenue trama que nos enlaza con el universo para bien o para mal".
Montserrat Doucet
6
Una salamandra duerme en el filo de una hoja
en este jardín que la ciudad mendiga.
Pero es pronto aún para un incendio
Despierta a la presencia del cuchillo
y a la del fuego, insomne tras la puerta.
Quieren saltar a nuestras vidas
y deshacer el nudo entre los dedos.
Mas paseemos…
aún es tiempo bajo las frondas.
Y cuando ardamos,
que sea para estar aún más cerca.
domingo, 17 de julio de 2011
MORELIA VIRIDIS
Solo se te veía en el National Geographic,
en los tatuajes del hombre al principio del hombre,
en los terrarios donde vagamente nos conocimos,
en las páginas de algunas revistas científicas
como modelo muy, pero que muy cotizada.
Eras parte de un árbol
con el rostro de ayer al aire,
antes de que los ojos
se arrepientan de su juventud.
De ti soñaba ver todas las ramas
el sol del horizonte frente a Dios.
Sí, me duele saber que tú ahora
te exhibes en los bajos de algunos rascacielos,
con horario continuo,
allí donde se dice de las culpas
que son las alas de la tierra,
justo en la estancia que más se visita.
Cuando te conocí, recuerdo
que vivías por horas de alquiler,
y a veces en tu cintura
por el simple color de tus escamas,
se atragantaba mi perpetua bestialidad.
Aún así, por más que me interroguen
no pienso desvelar ni mi secreto ni el tuyo
vestiré tu piel hasta que me muera.
jueves, 9 de diciembre de 2010
POEMAS PARA CREAR ESCUELA II Julieta dobles
Me siento emocionado. Hoy, desde POEMAS PARA CREAR ESCUELA tengo el honor de presentaros a Julieta Dobles: una poeta sencillamente GRANDE, magnifica, genial. Todos aquellos que hemos tenido la suerte y el privilegio de aprender a su lado, creo que entienden lo que quiero decir.
Accésit del Premio Adonais en España y distinguida con el Premio Nacional de Poesía en Costa Ricas, se podría decir que son sus mejores avales, y sin embargo yo la destacaría como persona por su grandísima humanidad. Gracias Julieta.
Hoy que el mundo se mueve sobre todo por esas delicadas hebras de acero del interés, ¿qué argumentos nos propondrías para que éste u otros mundos, leyese tu poema?
Querido Max: He leído tu mensaje, y con gusto te presto mi poema y todos los que quieras.
Respecto a tu pregunta, en realidad la poesía es una iniciación, y desgraciadamente no todo el mundo está listo para recibirla. Necesitamos preparar mejor al gran público, sobre todo a los jóvenes para que lean con provecho y placer la poesía que tantas puertas puede abrir a sus lectores. Por lo tanto, yo creo en volver a leer poemas que hablen al ser humano actual en escuelas y colegios, como antes
Falacia patética
La muerte siempre llega a las tierras hermosas.
La senectud también,
con su terrible estertor sibilante.
Y el dolor con su brasa agotadora,
todo llega, aunque el aire sea azul y perfectísimo.
Aunque la mano verde de la vida
extienda sus fulgores sin sed sobre los prados,
tendremos ya la sed, si nuestra sangre
marcha penosamente, presagio de agonías.
El paisaje es un templo,
un cortinaje, un escenario, un buque
que está allí. Lo tomamos
y le damos mil formas de delirio y apego.
Lo hacemos nuestro, creamos sus colores,
sus formas, su alegría, sus silencios, su música.
¿Quién no ha enterrado a algún amigo
bajo un cielo sin penas,
inoportunamente azul hasta la asfixia?
¿Quién no ha gritado de rabia o de despecho
en una noche blanca de luna inverosímil?
¿Quién no ha llorado junto al mar glorioso
como una puñalada de desdenes,
el abandono o la soledad?
El mundo es nuestra obra,
y la belleza sale de nuestros ojos,
y se posa feliz, en los pedruscos
más grises del camino.
Seguiremos creando muros contra diamantes,
enjambres de palabras o nubes o silencios,
muertes o bienvenidas.
Tenemos la palabra,
como decir los mundos.
Julieta Dobles
De su libro: POEMAS PARA ARREPENTIDOS
lunes, 8 de marzo de 2010
PAUTAS PARA ENTENDER POESÍA I
DESDE EL FONDO DEL POEMA
Pautas para entender poesía
Maximiano Revilla
“El ropaje del alma es el lenguaje…”
Fedro
El verso es una belleza no creada,
la que permanece debajo, muy por debajo
de la capa del maquillaje, es el poema
“El poema esta hecho
de estrellas malheridas
y de muchos suspiros”
Laureano Alban
El poeta tiene que ser huésped de una sola noche, un hombre o una mujer, cuya única empresa consista en dejarse influir por muchísimas presencias extrañas, una persona que siempre deja abierta la puerta de su habitación a todos los vientos. Alguien que amplia el paisaje de nuestra memoria
J. L. Borges
La poesía hecha ahora, puede entretener a las masas e iniciarlas en la expresión de su propio sentir externo; ya que su interior solo podrá ser ocupado cuando lleguen los nuevos poetas con su nueva sentimentalidad.
Antonio Machado
La poesía no se atiene a la idea del progreso, sino al principio del eterno retorno.
Luis Rosales
Todo poema se cumple a expensas del poeta y del lector.
Octavio Paz
La poesía es
un sistema de espejos
giratorios, que se deslizan con armonía,
desplazando luces y sombras en el probador
Pere Gimferrer
La poesía es como la amante ideal y real que no se deja coger del todo y así permanece eterna.
Juan Ramón Jiménez
La poesía, más que del lenguaje, proviene del silencio, y yo no soy más que la esquina por donde se asoma.
Ko Un
Agua del buen manantial,
siempre viva,
fugitiva;
poesía, cosa cordial.
¿Constructora?
Antonio Machado
El poeta es un fingidor
Fernando Pessoa
viernes, 18 de diciembre de 2009
LA BRISA DEL PICO LUTERO 2ª entrega
Apenas recién instalado, cuatro días antes de abrirse la veda, fantaseaba con el lance y el encuentro; con el ángulo que debía emplear para abatir la pieza, con la trayectoria a seguir por el ojo fijo del punto de mira, con el desenlace. Serían las doce, o así, poco después de terminar el tejado de la casa que fue de mis padres y que gracias a mi hermano hoy se conserva, después de comer el torrezno y para hacer mejor la digestión, salir a pasear por los alrededores, cuando a veinte metros de casa, a la orilla del río Avión, mientras en la cabeza solo tenía, el vuelo completo de la codorniz, con los pies, a punto estuve de pisarla a ella y a sus crías. Salieron de frente como los tres deseos del genio de la lámpara, levantando el vuelo desde la maleza, como si se burlasen de mí, como si supiesen que todavía estaba prohibido matarlas, y que la cámara de fotos aún permanecía dentro del equipaje, como si sólo quisiesen mostrarse, para decirme que sí, que claro que todavía existían.
Fue Chema quién me puso sobre la pista de la fauna que aún quedaba en los bosques: lobos, zorros, corzos, el águila, que sacaba en el valle del Coto, dos crías todos los años. Mi cerebro, receptivo y fantasioso, comenzó a lanzar fuegos de artificio, rumores, como de una anunciación, que viniese al campo de vacaciones. Me dijo que, a la caída de la tarde, a la luz sesgada del horizonte, a los escasos charcos que en el río había, bajaba el corzo a beber, que tuviese cuidado, porque también el lobo estaba cerca
Por eso y porque es paseo obligatorio en mi pueblo, subir hasta la Ermita de Santiago y desde allí, al Pico Lutero, para contemplar casi rozando el algodón del cielo, el hermoso panorama que se nos muestran desde su altura. Mil setenta y dos metros y una meseta de, uno cincuenta, por tres diez de tierra arcillosa y pequeños cantos lisos. Es junto a Rabanillo, la mayor altitud de la comarca. Cuentan que, en los días claros, sentados a la sombra del roble, oliendo todo el tiempo a infusiones naturales, se puede ver el mar de las sonrisas, el paladar del misterio sagrado, y esa luz volandera que forma el arcoíris entre las pestañas. De frente, en cada valle, dos afluentes secos, a la derecha, los cimientos de lo que fueron los corrales, y esas pozas donde dice Chema que bajan a beber los corzos. A lo lejos, el rastrojo del trigo cosechado, el engordadero de las codornices para su pronta emigración.
Aquí que es donde se desflora el tiempo. Donde no hay ningún rostro que no esté por dibujarse, ni hay ninguna mirada que no vuele al infinito para recordarnos que, desde siempre, el mundo, nunca se ha cansado de ser multicolor; verde, trigueño, verde codorniz terrosa, verde verano e invierno. Que en la habitación donde se fingen las ideas, el mundo habitante no tiene ningún deseo de alcanzar la perfección y que, en el fondo común de todos los lugares, rezuma sobre una alfombra de brezos, animal la quietud, el morado cómplice de quién espera. Los cuadros ingleses de tu camisa sin mangas, el alargamiento de mis sueños, que parece ser que sólo a mí me dañan.
Sí, es lógico que reconozca que, para llegar, casi, casi nos convertimos en intrépidos exploradores. En el monte bajo, nos rozaban el rostro, los finales de las hojas del roble, nos rozaban como solo roza la noche a los cometas: con pausada serenidad. Nos adentramos en la espesura, abriéndonos paso entre la maraña de urces y matorrales que nacen como escisiones de lo cotidiano En ocasiones para seguir, fue preciso quebrar algunos retoños que nos arañaban
El pueblo al regazo de la brisa del pico Lutero siempre estará ahí, creando entre sus muros y sus esquinas las luces y las sombras de la memoria. En el cementerio, nombres de rostros que ya no recuerdo, y justo a la puerta, contemplándolo todo, como a ella siempre le gustaba, mi madre; mi padre, también al igual que siempre en segundo plano, un poco más a la derecha.
Maximiano Revilla
domingo, 11 de octubre de 2009
POETICA VISUAL
LAS LUCES TRISTES DE LA FOTO DE MI CIUDAD
El corazón golpea en la puerta
de las historias del colegio escritas.
En el bolsillo, sólo hojarascas del invierno
se abotonan de infancias.
Amor digo y en ti me hundo:
simultaneo, vital, paralelo, sucesivo,
en las historias de las luces tristes
de la foto de mi ciudad,
solitario entre la multitud o sus cenizas,
a la puerta que se abre en la distancia.
Corazón. Puñetazos. Griterío.
Luces que no se apagan, y silencios
que iluminan radiantes desde ayer,
los pasos de mi escolta:
calle arriba con sueño,
mi pereza rutinaria.
Dormir es descansar, o resucitar si acaso
al imperfecto sueño de las melenas sueltas.
De ayer no queda nada, solo tardes,
casi noches repletas de múltiples jadeos.
Escombro en la cabeza de la gente
y sangre asfalto que aún no se ha diluido.
miércoles, 30 de septiembre de 2009
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