EN
MI CABEZA
Manipuladamente verde
seré igual que las frutas
en la cesta de las
doncellas:
natural y ecológico,
con un par de gusanos
dentro.
No entiendes que te
llueva amor
un trozo de agonía
antes, antes de alguna
caminata
o después de los golpes
insensatos
que se diluyen sin
castigo
en el aire de las
discordias,
a la mesa, con zumo de
naranja.
Fíjate con qué gusto
visto:
como aquel veraneante
que se esconde detrás del
cuadro
en esas playas de
Sorolla,
con esta luz que insiste
en madurarme.
Despierta, que no es tarde
para pedir, a doble
impreso,
que te devuelvan
la morosidad del amor.