X
Historias
que se crean,
al cogerse las manos
en línea recta, recta
hasta la calle,
en la noche de algún
dios arquitecto,
alguno –ya lo pienso–
que hoy se duerme,
con vistas al mar,
lejos del paseo
prometido e hilvanado
contra las fotos del
recuerdo.
Alguno que, en los
ratos libres,
no le queda más qué
subcontratarse
en el mantenimiento de
la luz,
de las familias y los
encuentros.
¿Cuánto, cuánto infinito, tienen
esas camisas puestas
sobre un alma bullente?
No hay comentarios:
Publicar un comentario