Consonancias del silencio
Solo
en este momento de elegir
cierro
y me derrito polvo de tantas ausencias:
la
doble cara del árbol ante la puerta solo.
Déjame
penetrar en tu silencio.
Déjame
buscarte en el dintel desmemoriado
de
todas estas cenizas de ausencia
que
nos envuelven siempre, siempre.
Déjame
acercar al beso todo su relámpago.
Aquí
donde duerme la luna
su
llamarada o su llanto de infancias,
hay
puertas transparentes
que
se cierran al abrazo veloz del olvido:
¡como
si Dios nunca estuviese dentro!
De: Consonancias de la voz
No hay comentarios:
Publicar un comentario