Vistas de página en total

miércoles, 18 de abril de 2012

A LAS CINCO DE LA MAÑANA




A las cinco de la mañana
cuando nos despedimos
hay profecías por cumplirse
llegando en bicicleta,
profecías que mientras
se burlan de nosotros
dan la impresión de olvidar el alzheimer.

En el rostro de un niño que nos deja sin nubes,
hay leyendas que se alzan sobre tres comentarios
equivalentes a los buenos días
y ambiciones que no se pueden despegar nunca
como ese imán de los recuerdos
en la puerta de la nevera.

Hay esculturas de rodillas
que están ideadas para impresionarnos.
Estatuas hechas de carne y hueso
y a contra luz de poemas
de lágrimas y abrazos de la gente común.

A las cinco de la mañana
cuando nos despedimos,
sí, pensé gritar, pero no me acuerdo

No hay comentarios:

Publicar un comentario