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jueves, 30 de diciembre de 2010

EL ROSTRO DE WALT WHITMAN



De vacaciones,
en la pared de mi cabeza,
hay un concierto
de ritmos sin molduras,
el rostro rasurado de Walt Whitman:
una danza de instantes en tus senos,
calles con olor a paraíso
al que sin duda
se aferran mis cadencias.

Deja que pinte los jadeos
de un prado en tu azotea,
cualquier curiosidad de la luz sin su forma.
Un río en la mejilla, una constelación
donde nacen y duermen los encuentros,
esa fugacidad de luna que nos invade
cuando desaparecen los pijamas.

En el cartel que nos anuncia
como amantes del mundo,
hay vidas que no se detienen
mientras recorren los dedos la espalda,
mientras suena Amaya Montero,
mientras pasan las hojas de hierba.

3 comentarios:

  1. Me encanta esta parte "Deja que te pinte los jadeos / de un prado en tu azote"
    Siempre es un gusto amanecer con tus poemas

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  2. Gracias Luardid. Siempre es un placer saber que hay alguien al otro lado.

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  3. Pero que le pasa a Walt Withman!!! Aparte de ser un pesado... como Amaya Montero! Brrrr! Que no que es broma. Gran poema maximianin, gran poema, lo sabes, lo sé, sabes que lo sé.

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